Mi testimonio

Soy Marta, una chica de 25 años de cerca de Barcelona. Hace un año, exactamente el 1 de setiembre de 2014, empecé un cambio de hábitos para estar más saludable, tener más energía y fuerza física y mejorar mi imagen. Partía de un estado de sobrepeso fruto de usar la comida durante mucho tiempo para saciarme emocionalmente, y aunque ya había mejorado muchísimo gracias a haber hecho terapia y haber indagado mucho sobre mí, sentía que era el momento de dar un paso más y buscar una versión más sana y más atractiva de mi misma. El reto no era fácil: el curso se presentaba muy intenso, combinando trabajo a jornada completa, consulta de fisioterapia, postgrado, inglés, entrenamientos, toda la faena que conlleva estar independizada y mi vida personal, con unos horarios de locos y haciendo malabarismos para llegar a todo. Además, dentro de mí se mezclaban unas enormes ganas de cambiar con mucho miedo a no conseguirlo (y en consecuencia, frustrarme) o de obsesionarme (y en consecuencia, abrir una caja de pandora que llevaba tiempo cerrada). Por ese motivo, decidí buscar un apoyo externo (Carolina Cayuela) para que me ayudase, porque tenía claro que quería lograrlo y era consciente de que no podría hacerlo sola. Carol me pidió compromiso y trabajo hasta verano para materializar el cambio, y yo decidí confiar y ponerme manos a la obra. Decidí ir a entrenar con ella cada día entre semana a Mataró (con todo lo que conllevaba en mi apretada agenda) y seguir sus consejos de alimentación y suplementación, porque pensé que los grandes cambios requieren grandes compromisos.
Los primeros meses fueron los más difíciles: los entrenos me dejaban bastante ko y me costaba ser constante con el plan alimentario, especialmente en aquellos días donde anímicamente estaba más baja y ansiosa. Además, en otoño tube unas semanas duras por motivos personales, hecho que aun me disparó más mi necesidad emocional de comer. También tenía mi entorno bastante alerta ante un mundo desconocido de batidos y cuerpos musculados, y muchas ideas preconcebidas que les hacían desconfiar de mi decisión (totalmente comprensible, y siempre desde una visión de cariño y de querer lo mejor para mí). Hubieron deslices y días de desánimo, pero día a día fui mejorando, y cada vez este estilo de vida era más espontáneo y me suponía menos esfuerzo. A día de hoy, después de un año de entrenos y cambio de estilo de vida, el balance no puede ser más positivo. He perdido de forma saludable y lenta un total de 17kg (de 73 a 56kg), bajando menos de 2kg por mes de media. Además, entreno fitness regularmente, disfrutando y sintiéndome cada vez más fuerte y ágil.
Paralelamente he ganado mucho en seguridad, autocontrol, salud y felicidad. Y no solo por el cambio físico en sí, sino por el hecho de haber alcanzado de forma saludable algo que por mi historia vital veía casi imposible. Por haber afrontado mis fantasmas del pasado, haberlos mirado a los ojos y haberles dicho que la Marta de ahora se merece respetarse y lograr todo lo que se proponga de forma sana y constante. Mi satisfacción no se basa en los datos de una báscula o de una cinta métrica: es algo mucho más grande y profundo. Soy más feliz, y este estado de ánimo se ha irradiado a otras parcelas de mi vida, y a día de hoy puedo decir que hace unos meses no me podía imaginar que éste efecto dominó sucediera de esta forma.

 








Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis