Libros inspiradores

Si hay un libro que refleja mucho la relación entre la comida y la gestión de las emociones es éste. Os dejo aquí algunos fragmentos con los que me siento muy identificada. Yo no podría expresarlo mejor!

Un fuerte abrazo!

“¿Comes demasiado o demasiado poco? ¿Estás en lucha constante contra tu imagen? ¿Crees que cuando adelgaces tu vida cambiará, que tus problemas desaparecerán?Ha llegado el momento de poner fin a esa batalla. Haciendo dieta no perderás esos kilos que te sobran, ya sean cinco, diez o treinta. La solución está ante ti, a diario. En tu plato. Y en tu cuerpo. Comemos como vivimos: nuestra relación con la comida es el reflejo exacto de convicciones muy arraigadas sobre nosotros mismos.Todo lo que pensamos sobre el amor, el miedo y la transformación se expresa en cómo, cuándo y qué comemos.Por eso, la próxima vez que te sientes a comer, detente. No dejes de comer, sólo párate a observar lo que sucede en tu interior. En tu forma de comer reside la sabiduría, el camino hacia una figura más saludable, si, pero sobre todo hacia una relación enteramente nueva contigo misma.”

“Nunca subestimes tu tendencia a huir…si comer compulsivamente puede estar dentro de alguna categoría, sin duda se trata de una forma de escapar de nosotros mismos cuando las cosas se ponen difíciles. Cuando no queremos saber lo que está pasando. La adicción a la comida es una forma de distanciarnos de las cosas cuando no son como nos gustaría. Les digo que acabar con la obsesión por la comida se basa en nuestra capacidad para vivir el presente, para no abandonarnos. Perder peso es la parte fácil, cada vez que eres consciente de tu hambre y de tu sensación de estar llena, pierdes peso.

Pero también les digo que la adicción a la comida es básicamente una negación a estar plenamente vivas.No importa cuánto peses, las adictas a la comida padecemos anorexia de alma. Nos negamos a aceptar lo que nos nutre.Vivimos pasando hambre, y cuando ya no podemos soportarlo más, nos atiborramos. La forma de conseguir todo esto es mediante el simple acto de huir – de abandonarnos- cientos de veces al día. (…)”.

“Hay muchas formas de huir. Salir por la puerta. Alquilar un helicóptero. Distraerte para no sentir dolor haciendo miles de cosas: pensar en otra cosa, culpar a tu madre, culpar a otra persona, pelearse, compararse con otras personas, soñar con el futuro, recordar el pasado, no involucrarse nunca demasiado. Comer. Pasarte la vida intentando adelgazar o tratando de resolver el problema. Resignarse a la lucha interminable con la comida para no tener que profundizar nunca en el sentido que tiene la misma, ni descubrir quién eres y cómo podrían ser tus relaciones sin el drama de la comida. Quedarte donde estás con tus sentimiento, con lo que estás viendo o experimentando es el primer paso para poner fin a la obsesión con la comida. Y aunque parezca que acabar con nuestra obsesión es lo que todas queremos, en realidad queremos conservarla un poco más. Y por varias buenas razones.La obsesión nos mantiene ocupadas cuando tenemos el corazón hecho pedazos por acontecimientos desgarradores. Como ver que tu hijo enferma o tu pareja muere. La obsesión te ofrece un billete de avión para huir de cualquier situación descorazonadora.

No huyamos. Estemos despiertos, sin drogarnos con la comida, el alcohol, el trabajo, el sexo, el dinero, las drogas, la fama o la negación. ¿Es mucho pedir?”






Muy interesante.... ”Mientras tuviera la atención pendiente en lo que comía, del tamaño de la ropa que usaba, de la celulitis y de cómo sería mi vida cuando finalmente consiguiera perder peso, no había persona capaz de herirme profundamente. Mi obsesión por el peso era más apasionante e inmediata que nada que pudiera sucederme con una amiga o un amante. Cuando me sentía rechaza por alguien, me decía que esa persona rechaza mi cuerpo, pero no a mí, y que cuando adelgazara las cosas serían diferentes“.
" Lo maravilloso que tiene la comida es nunca se va, no es respondona ni tiene ideas propias. La dificultad con la gente está en que hace todo eso"
"Las dietas no funcionan porque la comida y el peso son los síntomas, y no el problema. El hecho de concentrarse en el peso es una forma cómoda y reforzada de no poner atención a las razones por las que se recurre a la comida cuando no hay hambre. La gente se agrede a si misma con la comida porque no sabe que se merece algo mejor. Se agreden porque los han agredido"




Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis